CONCLUYEN LAS BATIDAS DE LIMPIEZA EN LA BARRA DEL TERRÓN

Con el final del verano, llegan las campañas de limpieza, que este año tienen un matiz reivindicativo desde la orilla derecha del río Piedras.

El Ayuntamiento de Lepe ha llevado a cabo la limpieza de la Flecha de "Nueva Umbría", un trabajo realizado por operarios municipales y supervisado por tres concejales del Ayuntamiento de Lepe.

Dos días más tarde se ha realizado una nueva campaña de limpieza en la Flecha, esta vez organizada por el Ayuntamiento de Cartaya y realizada por voluntarios de la localidad vecina.

A pesar de que la noticia debiera ser positiva, el cariz político y reivindicativo que se le ha querido dar a ambas campañas desde el Ayuntamiento lepero ha ensombrecido estas batidas. En primer lugar, la aparición de tres concejales del Ayuntamiento de Lepe en la supervisión de la limpieza, y en segundo lugar sus declaraciones, en las que no tuvieron reparos en cambiarle el nombre al Paraje natural de las "Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido" por el de "Marismas del Río Piedras y Flecha de Nueva Umbría". Un nuevo paso en la confusión y en la provocación al término municipal vecino, al que de una forma absurda se le viene disputando la titularidad de la Flecha, y que puede traer como consecuencia un deslinde que haga perder a Lepe parte de lo que hoy consideramos nuestro término municipal, todo ello por la obcecación del Alcalde lepero que ha entrado en una espiral de declaraciones y actuaciones en la que cada vez se ve más lejos una salida honrosa.

La orden del alcalde Manuel Andrés González de limpiar la Flecha, si bién podría haber sido un gesto digno de elogio, puede convertirse en un nuevo motivo de verguenza para nuestra ciudad, no sólo por el hecho de que lo hiciera sin aviso previo y un par de días antes de la anunciada "batida Cartayera", sino porque tras "limpiar" nuestro ayuntamiento, los voluntarios que han ido dos días despues desde Cartaya han recogido nada más y nada menos que 18.000 Kg. (18 Toneladas) de basuras. Ante esto, solo cabe preguntarse qué es lo que pretendía Manuel Andrés González con esa limpieza, ya que a la vista de los hechos su objetivo de eliminar las basuras no se cumplió.

Para concluir este comentario viene bién recordar aquellos momentos en los que la Flecha era un lugar de esparcimiento público, y no un elemento de confrontación entre vecinos, y su titularidad no era cuestionable, hasta que desde la orilla lepera se decidió hacer una campaña innecesaria que está precipitando una serie de acontecimientos de los que esperemos, no tengamos que arrepentirnos.