Las remodelación de la Plaza de San Diego sigue la estela de otras obras de nuestra localidad, su eternización por causa de la ruina económica que el equipo de gobierno del Partido Popular ha provocado en Lepe.
Con la entrada del año 2009, el Ayuntamiento lepero decidió comenzar las repetidamente prometidas obras de la Plaza de San Diego. En la recta final de este mismo año, y para desesperación de los vecinos de la zona, la plaza sigue en obras sin que nadie sepa decir cuándo finalizarán éstas.
A pesar de que las obras en esa plaza se planteaban como una remodelación, es decir, una renovación de la misma que no afectaba a infraestructuras relevantes, y que se encontraba dentro del Plan Municipal de Creación de Empleo que se presentó a finales del mes de enero del 2009, parece que de nuevo la obra le ha venido grande a nuestro Ayuntamiento y se encuentra en un estado que popularmente denominaríamos como “obra parada”. Nada que nos sorprenda ya, pues el citado Plan Municipal de Empleo no era sino un intento desde la alcaldía de apropiarse de las obras financiadas con dinero de otras administraciones, sirva como ejemplo el futuro nuevo estadio municipal, presentado dentro del Plan Municipal, y pagado con fondos del Estado.
Lo que no se ha parado es la campaña publicitaria que el Alcalde de Lepe ha aprovechado para hacer con “el Llano”. En dos ocasiones la página web de nuestro ayuntamiento ha resaltado la noticia de la visita del Alcalde lepero a las obras (no hace falta decir que con “foto” incluida), en febrero y en Junio, ambas, por supuesto, convocando a los medios de comunicación, acompañado de varios Concejales, y sin avisar a la oposición municipal.
Lo que aún no se ha atrevido a hacer el Alcalde es explicar oficialmente la causa del retraso de la finalización de la obra, obra que según se afirmaba desde el Ayuntamiento, se encontraba en un avanzado estado en Junio del 2009. Según comentan personas cercanas a esta obra, parece ser que la única causa del retraso es la falta de los materiales necesarios para su conclusión. Esta causa es fácil de comprender, son muchos los proveedores del Ayuntamiento que ya no se fían y han cortado todos los suministros hasta que el Ayuntamiento empiece a pagar una parte de la deuda que mantiene con ellos. Este hecho ya se había dado en otras obras “menores” de nuestra ciudad, obras que se pudieron terminar gracias a la generosa colaboración de empresarios locales de la construcción que, guiados por su cariño al pueblo o por su cercanía con el alcalde, se encargaban del suministro de materiales a obras municipales intermediando entre la empresa vendedora y el Ayuntamiento. De ser cierto ese rumor, ahora ni siquiera esos empresarios se atreverían a dar la cara por nuestro ayuntamiento, que tampoco les paga a ellos.
Triste final de una obra que, de haberse llevado de una forma racional, tendría que haber sido rápida y hubiera obtenido así la aprobación de todos. Pero se está haciendo de una forma tan chapucera y peligrosa (es habitual ver niños jugando dentro de esa plaza en obras), que todos los méritos que podrían derivarse de su finalización ya han desaparecido, y sólo resta exigir la conclusión inmediata de las obras .
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