lunes, 12 de octubre de 2009

EL PRESIDENTE DEL PP DE HUELVA RECLAMA EN LA FOE LO QUE COMO ALCALDE NIEGA A SU PUEBLO


El pasado viernes, de nuevo, el Alcalde lepero Manuel Andrés González en un ejercicio de hipocresía cada vez más habitual, reclamó en la federación Onubense de Empresarios liquidez e infraestructuras para la provincia de Huelva, justo lo que viene negándole a su pueblo desde que accedió a la alcaldía.

Otra vez los titulares de prensa nos ofrecen la imagen del alcalde lepero en una reunión de trabajo que nada tiene que ver con los intereses de su pueblo, el que le eligió como alcalde y el que le paga su abultado salario, Lepe.

De nuevo utilizando los días en los que Lepe le paga su salario para que trabaje por su pueblo en asuntos que solo interesan al juego político del Partido Popular, el alcalde de Lepero ha aprovechado para reunirse con el presidente de la FOE y pedir al Gobierno Central más inversiones para la provincia. También ha coincidido con el presidente de la Federación empresarial en que las empresas necesitan liquidez para no tener que cerrar sus puertas.

Resulta paradójico que sea precisamente Manuel Andrés González quien reclame estos recursos, un alcalde cuyos presupuestos locales destacan no sólo por la escasez de compromiso social, sino sobre todo por el incumplimiento de las inversiones que presupuesta a principios de año, llegando a no cumplir ni siquiera el 20% de lo presupuestado; a ello podríamos añadir que los gastos, en cambio, superan con creces a lo presupuestado, dando como balance un saldo cada vez más negativo que ha llevado a las arcas locales a la ruina en la que se encuentran, y a no pocas empresas leperas a cerrar o despedir trabajadores debido a la deuda que con ellas mantiene el Consistorio lepero..

En cuento a las infraestructuras de nuestro pueblo, pocas personas desconocen hoy que las pocas obras que se han realizado se han hecho con cargo a presupuestos provinciales, autonómicos o incluso estatales.

Sirva esta crítica como reflexión para un alcalde cuyas declaraciones de buena voluntad logran enfadar a sus conciudadanos, que ven cómo fuera de nuestro término municipal exige todo lo que aquí nos niega, y a cambio nos regala anualmente unos presupuestos cuya característica principal no es precisamente la de atender a las necesidades de nuestra ciudad, sino que son hinchados con un gran número de ingresos e inversiones (que nunca se van a cumplir), para que la deuda municipal represente un porcentaje menor respecto a ese presupuesto, a pesar de que sigue creciendo.

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